martes, 13 de febrero de 2018

Perra renuncia


Perra renuncia, tu existir maldigo
condeno tu sarcasmo y tu encerrona
que castigan y horadan mi persona;
mil veces ansío tu ruina, y  digo 

que no he de calmar esta ira creciente
ni he de tranquilizarme hasta ver muerto
todo frente que en mí tengas abierto
y que me hiera con su hierro ardiente. 

No hay belleza ninguna en el hastío;
no puede haber consuelo en el averno,
ni el más mísero aliento hay en el  frío 

por cálido que pintes el invierno.
Y juro, perra, que el corazón mío
no morirá sin verte en el infierno.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario