viernes, 14 de septiembre de 2018

Dejar marchar

 No me acuses más de no haberte querido

no pude corresponder y sabes que lo siento,

he procurado entender tu desconsuelo,

con apósitos de cariño sobre tu herida.

 

No quiero toparme cada día con tu llanto,

tengo derecho a ilusionarme sin culpa

a apostar por el amor sin que bloquee nadie

los mejores días del afecto que florece.

 

He respetado que lloraras por mi ausencia

y en nombre de tu amistad que sí deseo

te he acompañado en el trance de perderme

sintiéndome tu amigo y confidente.

 

Que no te quiera como te hubiera gustado

no significa que no te quiera nada,

me duele tu dolor, mas no merezco

que lo estrelles en mi rostro cada día.

 

Va pasando el tiempo, y continúas

regando de lágrimas la carretera

que he decidido seguir junto a mi amada,

no me castigues más, pues nada he hecho.

 

Dices que pasará, pero no pasa

dices que estás mejor, pero padeces,

mientras no cierres página y reemprendas

yo tampoco seré capaz de emprender.

 

Ni merezco estar en tu mente cada instante,

ni mereces tú la frustración eterna,

has de levantarte y comenzar los pasos

que te permitan soltar lastres aflictivos.

 

Si no lo haces, te estás cerrando puertas,

si me piensas, truncas nuevos sentimientos

que no tienen por qué llegarte ahora

pero necesitan de tu corazón curado.

 

Soy feliz en esta nueva etapa

mas no me será plena en absoluto

si no veo que haces lo posible

por pasar las páginas caducas

 

de un romance que pudo ser sin serlo

donde nadie hizo promesas, a sabiendas

de que tarde o temprano el hoy vendría

y se llevaría nuestra historia de recuerdo.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario