sábado, 5 de enero de 2019

Roscón de Reyes


Ingredientes:
-500 gramos de harina de fuerza (tipo 000), la misma que se usa para elaborar pan. La repartiremos en la receta del siguiente modo: Utilizaremos 100 gramos para la masa madre, 350 para la masa, y dejaremos 50 gramos para espolvorear al final del amasado.
-130 gramos de leche. De ellos, utilizaremos 50 para la masa madre y 80 para la masa.
-Un sobre de levadura seca de panadero.
-Cáscaras de dos naranjas y de dos limones.
-Una ramita de canela.
-25 gramos de agua de azahar.
-1 cucharada sopera de ron, preferible ron negro.
-150 gramos de azúcar.
-2 huevos medianos.
- 60 gramos de mantequilla en punto de pomada.
-Una pizca de sal.
-1 huevo para pincelar.
-Elementos para decoración: Almendras peladas, fruta escarchada o confitada, frutos secos, lo que guste para adornar el roscón.
-Aceite de oliva suave o de girasol, para untar las manos o los recipientes que lo precisen. 
 
Elaboración. La tarde previa.
1. Ponemos los 130 gramos de leche a calentar con la cáscara de una naranja y de un limón, la ramita de canela y la cucharada de ron. Cuando vaya a romper el hervor, la apartamos del fuego y dejamos templar hasta temperatura ambiente. 

2. Vamos también a triturar los 150 gramos de azúcar con las otras cáscaras ralladas de naranja y limón. Reservamos para después.

3. Ahora vamos a hacer la masa madre o prefermento. Es una bola del tamaño de una manzana, que nos va a ayudar mucho después para que la fermentación del roscón llegue a buen término. Para ello, mezclamos 100 gramos de la harina con 50 gramos de la leche que hemos aromatizado previamente, y media cucharadita pequeña de la levadura seca. Una vez formada la bola, la vamos a meter en un recipiente con agua tibia. Es importante que, al tocar el agua, no la sintamos caliente, ni fría, porque si no, la levadura no se va a encontrar a gusto para empezar a actuar. Cuando la bola de masa madre suba a la superficie y flote, la sacaremos del agua a un plato, y ya podemos empezar a preparar la masa del roscón propiamente dicha.

 


4. Para conseguir que la mantequilla tenga punto de pomada, la calentaremos a baja potencia (50%) en el microondas, la sacaremos y la dejaremos enfriarse a temperatura ambiente, hasta que esté tibia (ya sabéis, que al tocarla no notemos calor ni frío). 

5. Mezclaremos esta mantequilla ya tibia con los huevos, el agua de azahar, el azúcar y los 80 gramos restantes de la leche que habíamos aromatizado. Es posible que al hervirla haya menguado un poco. En ese caso añadir leche hasta los 80 gramos. Posteriormente añadiremos 350 gramos de la harina, el resto del sobrecito de levadura, la pizca de sal y la masa madre. Este proceso podemos hacerlo con una cuchara untada en aceite, pues es una masa muy pegajosa, y con las manos tardaríamos mucho.

6. Una vez mezclada, la dejamos en un recipiente untado previamente con un poco de aceite, la tapamos con un paño y la dejamos toda la noche, para que al día siguiente ya esté fermentada.


La mañana siguiente:
7. El siguiente paso es encender el horno a 50 grados. Una vez alcanzada la temperatura, apagaremos el horno y abriremos la puerta mientras terminamos de preparar la masa. Se trata de que el horno esté a no más de 35 grados. 

8. Ahora espolvorearemos un poco de harina (de los 50 gramos que aún nos quedan por usar), en la mesa o la encimera, y nos embadurnaremos las manos con aceite. Volcaremos la masa, y empezaremos a amasar, añadiendo poco a poco la harina, según la vaya "pidiendo" hasta que deje de pegarse a nuestros dedos. La manera correcta es levantar trozos de masa y aplastar, para que pierda las burbujas de aire que haya creado con la fermentación. Formaremos una bola y con el dedo abriremos en el centro un orificio, que iremos abriendo hasta formar el roscón. Lo colocaremos en una bandeja de horno. Yo acostumbro a poner debajo una hoja de papel de hornear, y debajo de ésta, una hoja de papel de aluminio. Esto va a evitar que, en el horneado final, se queme por debajo accidentalmente.

 

9. En el agujero central pondremos un par de vasitos o de flaneras con un dedo de agua caliente. Meteremos la bandeja en el horno y cerraremos la puerta. Durante dos horas veremos cómo crece otra vez la masa, y cómo "quiere" cerrar el agujero del centro.
 

10. Ahora ya podemos sacarlo a la mesa y adornarlo, mientras calentamos el horno a 170 grados. Si usáis horno con ventilador, bajáis la temperatura a 160 grados. 
En primer lugar, batiremos el huevo que hemos reservado para esto, y pincelaremos el roscón con él, con mucho cuidado, porque si apretamos podría hacer "plof" y desinflarse. Es mejor pincelar sin los vasitos, para llegar a todos los rincones del roscón. Después lo adornaremos con lo que queramos, almendras, fruta escarchada troceada, o simplemente montoncitos de azúcar húmeda. Finalmente volveremos a colocar uno de los vasitos, y con un poco del agua que contiene, salpicaremos gotas sobre el roscón.
 
11. En mi horno, el roscón está hecho más o menos en quince o veinte minutos. Veréis que vuelve a crecer mientras se cuece. Si creéis que se está dorando demasiado por arriba, podéis poner encima una lámina de papel de aluminio, o sujetarla a la parrilla del horno, como hice yo.
 

Os contaré que no es tanto trabajo como parece, y la verdad, que por menos de cuatro euros os sale un roscón bien grande y mucho más rico que los industriales, que además andan por no menos de treinta euros los de ese tamaño.
La masa se puede congelar, y la mañana que se quiera hacer el roscón, sólo hay que descongelarla por la noche y seguir a partir del paso 8.
 


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