Abrígame al calor de tu memoria,
en las alas de tus sueños,
al estío,
en el deseo y la euforia
de los instantes pequeños.
Tengo miedo
de promesas imprecisas,
de las historias pasadas
que no puedo,
por tu actitud indecisa,
dar por finalizadas.
Tengo hambre
de ti, y de tu energía,
de tu querer persuasivo.
Vedegambre
que me envenenaría
de sentimiento nocivo.
Tengo hartura
de no poder abrazarte,
desolación y quebranto.
Y amargura
por no saber rechazarte
y por añorarte tanto.
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