Me gusta cuando gozas
llegando a tu clímax,
la bestia que retoza
se vuelve vulnerable.
Tu cuerpo de loza
se quiebra en la cima.
Me ruegas, me imploras
con pasión loable.
Me gusta cuando duermes
tumbado en mi pecho,
después de que hicieras
de mi tu princesa.
Tus besos me envuelven
de amor y embeleso
Tus brazos me ciernen
en dulzura inmensa.
Me gusta ese silencio
que precede al alba;
tus ojos abiertos
buscando mi rostro.
Brillantes, atentos
esperando en calma
que un pequeño gesto
nos devuelva al gozo.
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