Desde
siempre, mi hermanito ha sido el "abridor oficial" de las cestas
navideñas que llegaban a casa.
Tenía
concedido ese cargo de pleno derecho, por obvias y amorosas razones, y nos
gustaba verle sacar entusiasmado los manjares de las cajas, aunque éstos no
fueran del todo de su gusto. Era lo que ocurría con los turrones y el mazapán,
que arrinconaba con descaro en la mesa para buscar el queso y el embutido
dentro de la cesta, de los que, como estaba mandado, daba tan buena cuenta como
nosotros.
Hasta
que me dió por acudir a la cocina de aprovechamiento, y un año se me ocurrió
preparar unas natillas con el mazapán. Desde entonces, también lo buscaba con
avidez en la caja cada navidad, y cuando lo encontraba, exclamaba:
"¡¡Natillas de mazapán!!"
Ahora
ya no viene cesta de navidad, por los recortes que las empresas han tenido que
acometer, pero compro el mazapán adrede para hacerle sus natillas, y esta noche
las tendrá en la mesa como preludio de las uvas.
Precisamos:
Medio
litro de leche (da igual con nata que sin ella)
2
huevos
400
gramos de mazapán
2
cucharadas colmadas de harina de maíz (tipo Maizena, aunque sirve cualquier
marca)
Medio
vaso de azúcar (o 100 gramos)
Una
rama de canela
La
piel de una naranja y un limón (cuidando de cortar sólo la parte de color, ya
que la parte blanca amarga)
Canela
en polvo y galletas para adornar
Primero
infusionaremos la leche con las pieles de fruta y la rama de canela. Esto es,
la pondremos al fuego, y justo antes de que rompa a hervir, la apartaremos y
taparemos, dejando templar.
Una
vez esté a temperatura ambiente, la colaremos y tiraremos los tropiezos.
Trituraremos
las figuritas de mazapán y nos quedará una especie de bola húmeda, lo que mi
abuela q.e.p.d llamaría "un engrudo". Añadiremos la leche aromatizada
y trituraremos de nuevo, hasta que quede totalmente emulsionado.
Lo
pondremos de nuevo en una cazuela al fuego (sirve aquella que hayamos usado
para la leche), y añadiremos los huevos, el azúcar y la harina de maíz,
subiendo el calor muy poco a poco (para que no cuajen las yemas) y sin parar de
remover, hasta que espesen.
Apartaremos
las natillas del fuego y serviremos en los recipientes que vayan a la mesa.
Espolvorearemos canela por encima, y adornaremos con una galleta.
Están
muy buenas y resultan muy apropiadas para estas fiestas. No se parecen a la
sopa de almendra, que lleva distintos ingredientes, elaboración, sabor y textura. El mazapán, a
diferencia de la pasta de almendra, confiere al postre un sabor más
"acaramelado" debido al tostado de éste.
Espero
que os gusten. Quien quiera la "versión Thermomix", no tiene más que
pedirla.
Con
este humilde aporte, os deseo una transición de año preciosa, y un 2016 plagado
de buenos acontecimientos, equilibrio y armonía.
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