Pues eso, que aquí las tenéis.
Para tres tostadas, batimos un par de huevos, añadimos un vaso de leche y una pizca de sal (o de azúcar, según nos apetezca), empapamos el pan y hacemos, vuelta y vuelta, las tostadas en una sartén antiadherente, mojando el fondo antes con un poco de aceite o mantequilla.
Si las hacemos saladas, podemos acompañarlas con una loncha de queso o jamón; si optamos por las dulces, con mermelada, sirope o miel. A mí, particularmente, me gustan solas.
¡Sencillo y rico!!
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