Abril,
en Málaga, olía a cera, a cirio pascual, a Semana Santa.
Olía
a oración y letanía, a mantilla, saeta y lágrima, a silencio.
Olía
a sudor de costalero, a los maderos y flores del Cristo de los Milagros, a la
Virgen del Carmen y a Jesús el Cautivo.
Olía
a pasión de imaginero, a preso indultado.
Abril,
en Málaga, olía a sol y playa, a ropa nueva, a cortinas de lino y desiertos amaneceres.
Olía
a gazpacho y pescaíto, berza y moraga, a ajoblanco y aceite, a gachas y
tejerinos, y vino dulce.
Abril,
en Málaga, olía a caballos bailarines, a sombreros de verdiales, a cuero de
zahón y chaparrera, a laúdes y guitarras.
Olía
a alfarero y cenachero, esparto y fieltro, a jofaina y arcaduz, redoma y jarro.
Y
Abril, en Málaga, olía a ti.
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