jueves, 31 de diciembre de 2015

Natillas de mazapán

Desde siempre, mi hermanito ha sido el "abridor oficial" de las cestas navideñas que llegaban a casa.
Tenía concedido ese cargo de pleno derecho, por obvias y amorosas razones, y nos gustaba verle sacar entusiasmado los manjares de las cajas, aunque éstos no fueran del todo de su gusto. Era lo que ocurría con los turrones y el mazapán, que arrinconaba con descaro en la mesa para buscar el queso y el embutido dentro de la cesta, de los que, como estaba mandado, daba tan buena cuenta como nosotros.
Hasta que me dió por acudir a la cocina de aprovechamiento, y un año se me ocurrió preparar unas natillas con el mazapán. Desde entonces, también lo buscaba con avidez en la caja cada navidad, y cuando lo encontraba, exclamaba: "¡¡Natillas de mazapán!!"

Ahora ya no viene cesta de navidad, por los recortes que las empresas han tenido que acometer, pero compro el mazapán adrede para hacerle sus natillas, y esta noche las tendrá en la mesa como preludio de las uvas.


Precisamos:
Medio litro de leche (da igual con nata que sin ella)
2 huevos
400 gramos de mazapán
2 cucharadas colmadas de harina de maíz (tipo Maizena, aunque sirve cualquier marca)
Medio vaso de azúcar (o 100 gramos)
Una rama de canela
La piel de una naranja y un limón (cuidando de cortar sólo la parte de color, ya que la parte blanca amarga)
Canela en polvo y galletas para adornar


Primero infusionaremos la leche con las pieles de fruta y la rama de canela. Esto es, la pondremos al fuego, y justo antes de que rompa a hervir, la apartaremos y taparemos, dejando templar.



Una vez esté a temperatura ambiente, la colaremos y tiraremos los tropiezos.



Trituraremos las figuritas de mazapán y nos quedará una especie de bola húmeda, lo que mi abuela q.e.p.d llamaría "un engrudo". Añadiremos la leche aromatizada y trituraremos de nuevo, hasta que quede totalmente emulsionado.




Lo pondremos de nuevo en una cazuela al fuego (sirve aquella que hayamos usado para la leche), y añadiremos los huevos, el azúcar y la harina de maíz, subiendo el calor muy poco a poco (para que no cuajen las yemas) y sin parar de remover, hasta que espesen.



Apartaremos las natillas del fuego y serviremos en los recipientes que vayan a la mesa. Espolvorearemos canela por encima, y adornaremos con una galleta.



Están muy buenas y resultan muy apropiadas para estas fiestas. No se parecen a la sopa de almendra, que lleva distintos ingredientes,  elaboración, sabor y textura. El mazapán, a diferencia de la pasta de almendra, confiere al postre un sabor más "acaramelado" debido al tostado de éste.


Espero que os gusten. Quien quiera la "versión Thermomix", no tiene más que pedirla.



Con este humilde aporte, os deseo una transición de año preciosa, y un 2016 plagado de buenos acontecimientos, equilibrio y armonía.